Cuando hablamos de sociedad del conocimiento y desarrollo tecnológico de Chile, para nadie es un misterio que uno de los puntos importantes en un ecosistema digital está conformado por el capital humano. Así, al pensar en políticas públicas que busquen cambiar matriz productiva del país, incorporación de nuevos sistemas de uso de recursos digitales y servicios informáticos, incorporación de tecnologías en industrias de sectores extractivos o naturales o impulso de industria de servicios, necesariamente hay que pensar en un proceso de formación de personas con capacidades técnicas, profesionales y crecimiento sustentable de desarrollo humano.

Coincidimos al mismo tiempo que la industria tecnológica es una de las más dinámicas de sectores productivos y que su crecimiento impacta en el desempeño económico de un país, y en su conjunto, en la denominada economía digital, estas tecnologías están afectando al 40% de los empleos tradicionales que se han visto afectados o modificados por la inclusión digital. A pesar de este crecimiento, se produce la paradójica que, según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el año 2020 habrá más de 1,4 millones de vacantes laborales en desarrollo de software que no serán ocupados, sólo en dicho país, siendo estos puestos de trabajo los mejores remunerados.

En cuanto a nuestra región, América Latina aporta sólo el 2% de la creación mundial de software. Comparativamente con países más desarrollados, son tasas muy bajas, generando con ello una brecha entre países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.

Chile lidera el ranking de uso de TIC a nivel Latinoamericano y es, de un modo consiste, número uno a nivel sudamericano. En contraste, un estudio preparado en 2014 Corporación Andina de Fomento, con datos obtenidos del Banco Mundial, sitúa a Chile muy por detrás de México, Brasil, Argentina y Costa Rica en cuanto a innovación basada en tecnología. Asimismo, nuestro país figura en el lugar 35 a nivel mundial. Ahora bien, tal como sucede en otros países, en Chile la disponibilidad de capital humano ha ido disminuyendo, contrastando con el crecimiento de la industria y demanda mundial. Pareciera ser que la sociedad no estaría valorando este tipo de profesiones y carreras técnicas ni han visto las distintas oportunidades, potencialidades y espacios existentes en la industria de software, relacionadas con innovación, meritocracia y mejores condiciones laborales.

Un desafío actual, por tanto, es que los distintos actores relevantes, en especial los del área de educación (llámense universidades, centros de formación técnica, colegios técnico-profesionales, etc), deben apuntar a formación continua y creciente de capital humano en este sentido.

La industria TI reconoce un déficit estimado de 5.000 profesionales al año, sólo en el sector, sin considerar en esta métrica necesidades de capital humano de todas las otras industrias, como demuestra la Encuesta de Opinión a altos ejecutivos TIC (2015). Según la Organización de Naciones Unidas para la Educación y Diversificación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, en Chile, la tasa de mujeres graduadas en ciencias de la computación es menor al 8% y en el mercado laboral hay menos de un 4% de dicho sexo. La participación de la mujer en cualquier sector es un motor de creación de valor, de manera que su ausencia es una clara pérdida de potencial de desarrollo.

En este contexto, es fundamental para Chile promover que sus ciudadanos no solo consuman tecnología, sino que también puedan crearla. Para alcanzar este fin, es esencial que la enseñanza del pensamiento computacional y la programación de computadores como base para lograr lo anterior- se enseñe en las escuelas.

Para resolver todas las paradojas anteriormente descritas y alcanzar los beneficios que prometen las TIC, se requiere invertir no solo en capital físico, que es donde se ha focalizado la inversión pública en los últimos años, sino en capital humano.

Es en esta línea que actualmente Corfo está impulsando la certificación en este tipo de competencias técnicas-profesionales. Es así como surge la beca Capital Humano, convocatoria para certificación SFIA – Skills Framework for the Information Age, que corresponde a un marco de competencias internacional adoptado por más de 250 países en el mundo, que describe las habilidades requeridas por los trabajadores de la industria de las Tecnologías de la Información a nivel global.

Según indican en su sitio web, esta beca está orientada a todos los que tienen formación o experiencia como Programador Web, Técnico de Soporte Computacional o Analista Desarrollador de Aplicaciones de Software. Se podrá postula a una de las 3.000 Becas de Capital Humano para rendir el examen de certificación SFIA. Esta beca consiste en que Corfo cofinancia el exámen y el postulante que logra la beca sólo cancela $10.000 para rendir el examen, y si es aprobado, lograr así la certificación SFIA.

El plazo para postular a esta beca es hasta el 15 de noviembre (a las 15:00 hrs). Destinado a personas naturales mayores de 18 años, chilenos o extranjeros con residencia definitiva. Los exámenes se realizarán en las ciudades de Santiago, Valparaíso, Concepción y Temuco.

¿Cuáles son los resultados esperados?

• Certificar personas en una competencia del futuro y generar un stock de trabajadores que cuenten con la Certificación SFIA.
• Identificar el nivel de competencias de los trabajadores vinculados al área TIC y así estimar la línea base de estos perfiles laborales.
• Identificar las brechas de habilidades que presentan quienes rinden la certificación en estos perfiles, de modo que sirva de medición de línea base y que posteriormente permita focalizar la oferta de capacitación en estas especialidades.

Están, por tanto, todos invitados a postular a esta importante beca.